Mecánica Popular... ¡O cada quien a sus cromosomas!
Bueno, pues olvídense de la remozadita. La verdad es que desde hace una semana estoy imbuída en mis más personales pensamientos, y no he tenido la pericia de la escritura, y aquello de ponerme creativa con los colores no me ha redituado. Estoy muy feliz, pero no dejo de pensar... Pero o.k., paciencia que voy por partes. Hasta hace exactamente una semana, mi mundo era de lo más normal. Por un breve lapso de tiempo, nada de cuestionamientos intrínsecos –de aquellos pésimos que obran muy bajo en el espíritu- ni nada de esas líneas alternas que una suele pensar disfrazadas de la típica conjetura de los hubieras: Nada. Es de esas pocas veces en la vida en donde ese brevísimo solsticio de inmovilidad resulta delicioso. Como algunos de ustedes recordarán, había estado un tanto enferma, y si no lo estaba, al menos sentía que todo aquello que podría estarlo, lo estaba. Como sea, cogí un poco de ánimo y me enfrasqué en la dinámica de consultorio, que es, hacer cita, después de pasar por el apren