Soltando el bofe...
Estoy en el epicentro mismo. Mientras casi toda Europa sigue con sus lluvias y climas caprichosos, aquí pareciera como si el sol y yo hubiésemos hecho un pacto de sangre. Stuttgart es hoy un caldero hirviendo... o al menos así lo siento. En otro tiempo, estos rayos solares arrebatadoramente decididos me hubieran puesto muy feliz, pero ahora sucede que con mi mega pancita, estoy prácticamente soltando el bofe. Me explico: Por cuestiones que son resolutamente genéticas, las mujeres de la casa Romero (nótese el aire de snobismo sangriazul jajajaja) siempre han sido una especie de recipiente "undercover" para el agua, especialmente cuando han estado embarazadas. A mí siempre me ha gustado cuidarme mis piecitos, y si digo piecitos, digo bien porque para mi estatura, este par de andadores me ha resultado una obra acérrima de balance, igual que mis mini-manos. Como decía, tengo muy consentidos a este par de caminantes porque me gusta lavarles cuidadosamente, encremarles, ponerles u