La... ¿cucaracha?

Ya... ¡Que no estoy muerta, andaba de parranda! Y vaya que el pequeño argonauta me ha traído de arriba para abajo entre millones de menesteres que hay que ajustar para propiciarle una llegada muy cálida.

Estuve en la llamada “Ciudad de los Palacios” este pasado mes de diciembre, y aunque la noticia a estas alturas pueda resultar rancia, no podía dejar pasar mis sensaciones al respecto. Ya algunos de ustedes saben que esta visita me dejó un sabor confuso en el paladar, y también algunos de ustedes saben que esto no tiene absolutamente nada que ver con “planos comparativos” entre las tierras tedescas y las mías: Es sólo que todo me resultó más extremo, más distante, mucho más disímil que la última vez que estuve por allá. Bueno, incluso la mentalidad de dos que tres personas con las que me encontré por allá resultó, digamos, desaventurada, porque me dí cuenta que nuestros lenguajes se han movido por diferentes caminos.

Como sea, no todo es una tragedia de desencanto por favor, tengo muchas vivencias que aún con pancita, pude disfrutar y hay imágenes que quedaron, con este corazón tan blando que me cargo, fundidas en su interior. Pensé hacer una crónica de todo el viaje, como una especie de bitácora marítima, pero ya ahora, con tanto tiempo de por medio –además del proceso “digestivo-emocional” que ya se realizó- sería sólo una suerte de reafirmaciones que no tienen destino, así que opté por dejarles un álbum de fotos que comprenden si no las más artísticas, las clave predecedientes a un momento indescriptible y por demás bello, o sólo las que de seguro son el cliché de la identidad nacional.
Nótese que si esperaban un asunto parecido al Word Press Photo, ya se pueden ir a navegar a otro sitio porque estas fotitos son de lo más pueriles y claro está de lo más crípticas, como suelo ser algunas veces, y por cierto, recomiendo ampliamente nunca quedarse en un hotel de provinicia reservado por su prima adolescente: Vean la evidencia de la estancia más corta en la historia del planeta... La cucaracha que... ya no puede caminar.
Desde ahora les digo que estaré más consistente por este lugar, por si les gustaba leer lo que escribo...



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