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Mostrando las entradas de 2007

@! Reloaded

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¿Y qué dijeron? ¿Creían que se habían librado de mí y mis post más ñoños? ¡Pues nada, que no se les cumplió el deseo! Traigo ya entre manos dos post con todas las crónicas desde mi desaparición prematura que ya con un tiempín subiré por acá. Entre tanto, les hago patente que, ya metiéndome la camiseta más cursi y empalagosa: Estoy muy feliz con este pequeño bambino... Y siguiendo con la publicidad: Ya merito es mi cumple así que espero me tengan al menos en mente ese día.

Soltando el bofe...

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Estoy en el epicentro mismo. Mientras casi toda Europa sigue con sus lluvias y climas caprichosos, aquí pareciera como si el sol y yo hubiésemos hecho un pacto de sangre. Stuttgart es hoy un caldero hirviendo... o al menos así lo siento. En otro tiempo, estos rayos solares arrebatadoramente decididos me hubieran puesto muy feliz, pero ahora sucede que con mi mega pancita, estoy prácticamente soltando el bofe. Me explico: Por cuestiones que son resolutamente genéticas, las mujeres de la casa Romero (nótese el aire de snobismo sangriazul jajajaja) siempre han sido una especie de recipiente "undercover" para el agua, especialmente cuando han estado embarazadas. A mí siempre me ha gustado cuidarme mis piecitos, y si digo piecitos, digo bien porque para mi estatura, este par de andadores me ha resultado una obra acérrima de balance, igual que mis mini-manos. Como decía, tengo muy consentidos a este par de caminantes porque me gusta lavarles cuidadosamente, encremarles, ponerles u

Días de Pascua

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Pues estos días -que aquí son de pascua- pasaron relativamente rápido. Esto del conejo que da huevitos de colores y dulces es un rollo muy característico acá en Alemania, usualmente pensado para los chavitos... una costumbre diría un conocido mío. Ahora, esperando a esta personita que se apresta a llegar de un momento a otro, todos estos rituales de fantasía se han puesto en discusión, particularmente por las generaciones más avanzadas por llamarle de algún modo... nada alterado, pero han salido a tema, particularmente porque creo que mi blanquísimo bebé tendrá una mezcla por demás exótica de caracteres y rituales que influirán iracundamente en su formación... >En Ostern, las casas exhalan huevitos de todos colores y materiales. Los konditores, caseros y profesionales ofrecen sus mejores creaciones y claro, los kiddies salen con las manos llenas de conejitos de chocolate, de caramelo, jugetitos bobos y quizá hasta un par de caries más jajajaja. Lo relativo a Pascua en sí y ahora

De lo relativo que es la pesadez por un grupo de desconocidos...

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Ya, pues Barrigas Inc. ha llegado a su fin. La culminación bondadosa de un grupo bastante peculiar me ha dejado un poco más tranquila. La diversidad de pensamientos y posturas –en el sólo caso de la maternidad- era equivalente a pequeños roces subterráneos, siempre con la amabilidad ensayada a flor de piel. Por acá les dejo la última foto de nuestro grupito estrella: ¿Adivinan quién tomó la foto? Pasando a otras novedades, y casi como boicot a lo que anteriormente escribía acerca de los grupos de desconocidos, el sábado tuve una invitación a una reunión muy excitante, pues casi la mayoría de las personas que en ella se incluía tenían una personalidad providencial, digamos fuera del contexto de la media. Bien, pongamos que algunos los llamarían excéntricos... y yo, yo estaba encantada. Fué difícil hacer a toda la gente coincidir –según palabras del anfitrión- pero afortunadamente las agendas se alinearon y tomamos parte de un sábado muy estimulante. Nuestros anfitriones se tomaron el ti

Barriga's Inc.

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Siempre he pensado que los grupos grandes –especialmente de desconocidos- y además de mujeres, son la cosa que con más recelo suelo aceptar a pertenecer. Pero no nos confundamos, que nada tiene que ver con mis ánimos festivos ya que me gustan las fiestas, inútil es esconderlo, sino con todas aquellas situaciones que desde luego, despiertan en mi interior un aire de incomodidad. Los grupos grandes son por lo general, congregaciones de personas en algún lugar previamente estandarizado, donde una va para decir mucho a muchos, sin que estos normalmente escuchen. A su vez, yo suelo escuchar poco, es decir relativamente con atención, a las personas que conozco en un grupo extenso de egos y vanidades declaradas. Es algo así como un ritual social que todos terminamos por jugar, sin cavilaciones internistas al respecto, en lo que nos perdemos por las veredas de las “ small talk ”. La famosa “ Small Talk” nos permite interactuar en el medio de ese particular momentum , sin ser suceptibles a eti

Celebrando el no día de la mujer... en términos de Lewis Carroll.

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Cuando llega esta fecha, la reacción mediática no se hace esperar. Todo lo que leemos o escuchamos tiende a las cifras, a las loas de un reducido grupo de mujeres y a la cantaleta pesudoconcienzuda de las diferencias que todavía se manifiestan claramente en relación a la mujer y todos sus ámbitos de injerencia. El leer todo aquello no termina por enfermarme: Como si pensarlo una vez al año fuera algo más que un paliativo. Tengo opiniones muy encontradas al respecto. Por ejemplo, a veces pienso que todo este síndrome claudicatorio que sobrellevan algunas mujeres, obedece a su temprana programación: Las niñas no deben ser aguerridas, independientes y curiosas, sino “femeninas” (aún no comprendo este tipo de feminidad), lánguidas y deseosas de encontrar a un guía que les muestre la senda de la vida (¿?). Es así que a veces, el rol de algunas mujeres se reduce sólo a aceptar y a quedarse satisfechas con su estaticidad y su nula inercia. La frase tener vida propia es como las monedas al fin

Second Life

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Segundas oportunidades. Vidas alternativas. Cuando era niña quería ser invisible, ser capaz de ver y escuchar todo lo que sucedía cuando las personas se sentían finalmente en soledad, libres de todo yugo social. ¿Cómo sería todo aquello? Ser una especie de fantasma sin ninguna ingerencia en el entorno; observar sin perturbar: Eso siempre daba a mis ojos una especie de ventaja. Parece haber un nuevo trend y no exclusivamente para l@s teenies que invierten mucho de su tiempo en juegos que boicotean la realidad y por ende la personalidad, pongámoslo aquí “El mundo tangible y material” del que somos presa irreversible, sino también para los adultos supuestamente consolidados que pasan, supongo, mucho tiempo en soledad: Se llama Second Life . Por una módica cantidad se puede aquí cimentar una nueva vida virtual, sin el riesgo que ofertan las relaciones interpersonales... se es inmortal: Sempre viva ... Si se quiere, se puede uno transformar en lo que siempre se deseó; se pueden comprar o

Sonamos con lo del "Heredero"... ja ja ja.

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Evidentemente no hay mucho que escribir para hacer claro que, el pequeño viajante será un "varón"... un hombre. Supongo que a lo largo de su vida se verá confrontado con estos signos que indican esta división de complementos, de pares. Lo misterioso del asunto es que, sin inmiscuir deseos personales (que conste, pues nunca me he contaminado de esa manera) siempre supe, desde que caí en la cuenta de que estaba embarazada, que venía un nuevo hombre en camino. Cosa curiosa, y haciendo uso del vox populli , mi querido Inqusitivo me dijo hace poco, cuando le comentaba de mis tormentas mañaneras y mis ascos crónicos (en verdad que me tenían abatida) de que él estaba seguro que sería un hombre por esas peripecias que usualmente los varones provocan en las mujeres... ¡Hasta pitoniso resultó! Bien, no hay manera de escribirles que tan profunda es la felicidad que siento cada vez que toco mi vientre y una patadita sublime me dice: "Aquí estoy..."

Pero... ¡¿se necesita todo eso?!

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Esa es una de las expresiones más hilarantes que una persona puede brevemente pensar para sus adentros, antes de tener la brillante idea de expresarla en público, justamente frente a todo el personal que ejerce una especie de “consultoría” concienzuda en una de las tiendas más “acá” de muebles para bebés... Ahora que tengo el tiempo del mundo para adentrarme en estas danzas prelactantes, me siento como cuando Doña Sara, amiga cubanaza de mi abuela, solía teorizar acerca de mi sano entretenimiento poniéndome frente a un rompecabezas horrendo que a su nieto cautivaba. Menjurjería para la mamá, toda serie de aparatos medievales para el bebé, algunos sofisticadísimos, otros relativamente rusticales: Dícen que para todo hay gustos. Camino por esas galerías tácticamente estructuradas mientras mis ojos se abren grandes-grandes, cuasi león marino bebé, ante todo ese galerón de materia expectante. Hay aparatos que francamente se ven muy peligrosos, todos llenos de vasos comunicantes y mangueril

La... ¿cucaracha?

Ya... ¡Que no estoy muerta, andaba de parranda! Y vaya que el pequeño argonauta me ha traído de arriba para abajo entre millones de menesteres que hay que ajustar para propiciarle una llegada muy cálida. Estuve en la llamada “Ciudad de los Palacios” este pasado mes de diciembre, y aunque la noticia a estas alturas pueda resultar rancia, no podía dejar pasar mis sensaciones al respecto. Ya algunos de ustedes saben que esta visita me dejó un sabor confuso en el paladar, y también algunos de ustedes saben que esto no tiene absolutamente nada que ver con “planos comparativos” entre las tierras tedescas y las mías: Es sólo que todo me resultó más extremo, más distante, mucho más disímil que la última vez que estuve por allá. Bueno, incluso la mentalidad de dos que tres personas con las que me encontré por allá resultó, digamos, desaventurada, porque me dí cuenta que nuestros lenguajes se han movido por diferentes caminos. Como sea, no todo es una tragedia de desencanto por favor, tengo much