Second Life


Segundas oportunidades. Vidas alternativas. Cuando era niña quería ser invisible, ser capaz de ver y escuchar todo lo que sucedía cuando las personas se sentían finalmente en soledad, libres de todo yugo social. ¿Cómo sería todo aquello? Ser una especie de fantasma sin ninguna ingerencia en el entorno; observar sin perturbar: Eso siempre daba a mis ojos una especie de ventaja.

Parece haber un nuevo trend y no exclusivamente para l@s teenies que invierten mucho de su tiempo en juegos que boicotean la realidad y por ende la personalidad, pongámoslo aquí “El mundo tangible y material” del que somos presa irreversible, sino también para los adultos supuestamente consolidados que pasan, supongo, mucho tiempo en soledad: Se llama Second Life.
Por una módica cantidad se puede aquí cimentar una nueva vida virtual, sin el riesgo que ofertan las relaciones interpersonales... se es inmortal: Sempre viva... Si se quiere, se puede uno transformar en lo que siempre se deseó; se pueden comprar ojos, manos, narices, pechos, en una suerte de autoservicio “pixeliano”. Pensándolo bien, un escenario real a futuro en esta sociedad hambrienta de perfección corporal y putrefacción interna.

Second Life por otro lado, me parece una idea interesantísima de sus creadores por hacerse de un profit de aire. Pero ¿por qué de aire? Pues simplemente porque la tierra en donde se pretende vivir, socializar, comercializar cuesta muchos Lindendollars. La ropa, la cara, el auto, cambiar los dólares reales –o los euros- en estos Lindendollars. Y así uno a su vez puede vender tierra, y propiedades y hacerse –como en la vida real si se es listo- de una buena fortuna, claro, y luego pretender cambiar el aire a lo tangible, y ser sin mucha ostentación el petimetre incapaz de socializar con nadie, pero con el alter ego de un ganón en la red.

Second Life, ofrece muchas posibilidades. No hay que negar que la fantasía es el límite, se puede ser todo sin temor a censuras sociales. Los avatares, los conciertos, las calles, todo es un lindo escape, pero también la posiblidad de hecer negocios sin salir de casa. Cuando merodeaban todos aquellos rumores de la realidad virtual yo todavía estaba en preparatoria. Mis ocupaciones generales eran todas aquellas tan nimias y nostálgicamente simples de una muchacha de mi edad; la idea de una realidad paralela era un cuento muy tétrico con tintes de aventura... Pero ¿para qué estropearles la curiosidad? Dénse una vuelta, y saquen por favor, sus más acérrimas conlcusiones. Entretanto los dejo con un par de “conciertos” para aquell@s que se entusiasman con los píxels en acción.

Suzanne Vega's avatar sings "The Queen and the Soldier"



U2 in SL Virtual Concert in Second Life

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