Natascha.

Hay cosas que hasta la fecha no puedo creer. Son ese tipo de noticias que se quedan circundando la mente y que no nos abandonan pese a nuestro deseo por ocuparnos de algo más. Eso, es exactamente lo que me sucedió hace ya casi una semana. Todos los noticieros se dieron afán al transmitir la escapatoria de Natascha...

Natascha era una niña de diez años. Digo era, porque ahora tiene ya 18. Un día, en el camino al colegio, fue raptada por un alguien que la subió en una Van blanca y súbito, Natascha se esfumó. Eso sucedió en 1998, tiempo en el que yo me encontraba todavía en mi país, teniendo unos desquites monumentales de carácter neurótico con el entonces hombre en turno, el "Pastelero 007". Tenía también, unas secuelas atroces -que no han desaparecido del todo- producto de un secuestro que me tocó experimentar cuando intentaba recoger a uno de mis mejores amigos (Gon's) en el aeropuerto. Cuando vivía todo eso, Natascha era subida en una Van y arrancada de su madre y su historia futura de un tajo, mientras la mía, pese a todos sus bemoles, se encaminaba férreamente en apegarse a la vida.

Su secuestrador, un hombre que por ese entonces tendría 36 años, la llevó a su casa y la encerró en un sótano -expresamente construído para ella- debajo del garage de su casa. Al cerrar la puerta que sellaría su prisión, él le dijo que de ahora en adelante él sería su familia, nadie más, y que ya no estaría solo nunca, pues ella sería su compañía de por vida. Durante ocho años la mantuvo prisionera, hasta que un día, Natascha fingiendo que pasaba el aspirador, escapó. Su captor, al darse cuenta de la huída, y preso en la desesperanza de verse descubierto, verse solo, sentirse expuesto, corrió a las vías del tren y de un salto, se suicidó...

Pero en esta historia oscura y mórbida, hay algo que me llamó mucho la atención. Natascha se tomó el tiempo de redactar una carta a la prensa, que fué leída por su psicólogo. Al comenzar la lectura, mi asombro simplementé se develó: Natascha es cultísima. Su lenguaje es selecto, conciso... Esto claro está, no pasó desapercibido por nadie y ella, siempre anónima por medio de comunicados, relató que su captor se preocupó por darle literatura, clases. Su contacto con el mundo era la televisión pero, él no la dejaba más que ver lo que él consideraba apto para ella. Natascha incluso fue más lejos y escribió: "...No siento que me hayan robado nada, quizá ahora estaría rodeada de jóvenes incultos, inmersa en las fiestas y en las drogas, y sintiendome vacía..."


Si alguien me preguntase qué es lo que pienso de esta historia, no sabría que responderle. El individuo está claro, era un enfermo, pero entonces, ¿que ella no está inoculada también? ¿cómo adaptarse a esta sociedad "pasteurizada"? ¿se puede? Y de ser así... de todas maneras su mente necesitaría una contraparte muy interactiva.

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